La Universidad Bernardo O’Higgins celebró el cierre de dos proyectos de investigación adjudicados en 2023 a través del programa Fondef IDeA de ANID, liderados por las académicas Dra. Ximena Rodríguez y Dra. Mónica Saldarriaga, cuyas investigaciones entregan soluciones aplicadas en áreas clave: innovación alimentaria y bioseguridad en la industria avícola, respectivamente.
Alimentación sustentable con sentido
La Dra. Ximena Rodríguez desarrolló el proyecto “Desarrollo de un alimento sustentable para adultos mayores a partir de excedentes agrícolas”, cuyo resultado más destacado fueron cuatro prototipos alimentarios, destacando el concentrado verde (PACV) como el más prometedor; una sopa vegetal elaborada a partir de hojas y tallos de brócoli, apio y betarraga.

“El problema que abordamos fue doble: la pérdida y desperdicio de alimentos, y la vulnerabilidad nutricional de los adultos mayores. Logramos formular un alimento saludable, sustentable, accesible y de alta calidad nutricional para esa población”, explicó la investigadora. “La innovación radica en que no existe en el mercado nacional ni internacional un producto que combine estas características”, agregó.
Este proyecto se inserta en una línea de investigación que la Dra. Rodríguez inició en 2019 con el apoyo del Gobierno Regional y que ha tenido un profundo impacto en la docencia de la carrera de Nutrición y Dietética de la UBO. A partir de esa primera iniciativa se habilitó la Planta de Valorización de Excedentes Alimentarios, hoy utilizada tanto con fines investigativos como formativos, y se incorporó la innovación alimentaria en el currículo, con asignaturas en que los estudiantes prototipan alimentos en base a desafíos sociales concretos y participan en ferias y concursos como UBO INicia o EtMDay.
Innovación en bioseguridad y salud pública
Por su parte, la Dra. Mónica Saldarriaga lideró el proyecto “Herramienta de vigilancia epidemiológica molecular para el monitoreo de serovares de Salmonella enterica relevantes en la industria avícola nacional”. El trabajo culminó con la implementación de un sistema de qPCR con sondas TaqMan y un script bioinformático propio, capaz de detectar, discriminar y monitorear variantes de Salmonella de manera rápida y precisa.

“La industria avícola es clave en la dieta nacional, pero las metodologías convencionales para controlar Salmonella son costosas y lentas. Nuestro sistema integra diagnóstico molecular y análisis bioinformático, lo que permite vigilancia genética en tiempo real y una respuesta temprana frente a brotes”, señaló la investigadora.
Este proyecto logró crear algo así como un “scanner genético” que permitirá detectar de manera rápida y precisa brotes de Salmonella en planteles avícolas, reduciendo así pérdidas económicas para la industria y riesgos sanitarios para los consumidores.
Ambos proyectos reflejan la apuesta de la UBO por generar investigación aplicada que impacte en la vida de las personas y en sectores estratégicos. Para ambas académicas, lo más enriquecedor a nivel personal fue liderar equipos interdisciplinarios y demostrar que desde la UBO podemos responder con innovación a problemas sociales y productivos concretos.
Con la culminación de estas iniciativas, la UBO refuerza su rol dentro del ecosistema de investigación e innovación nacional, contribuyendo a la seguridad alimentaria, la sustentabilidad y el bienestar de la población.